El Evangelio del día de hoy 31 de enero 2018
Se fue de allí y vino a su propio país; y sus discípulos lo siguieron. Y en el día de reposo comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos de los que lo oyeron se asombraron, diciendo: "¿De dónde sacó este hombre todo esto? ¿Cuál es la sabiduría que se le dio? ¡Qué grandes obras fueron forjadas por sus manos! ¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago? y Joses, Judas y Simón, ¿y no son sus hermanas aquí con nosotros? Y se ofendieron con él. Y Jesús les dijo: "Un profeta no es sin honra, sino en su propia tierra, entre sus parientes y en su propia casa".5 Y él no pudo hacer ningún trabajo poderoso allí, excepto que él impuso sus manos sobre algunas personas enfermas y las sanó. Y se maravilló por su incredulidad. Y recorrió las aldeas enseñando.
REFLEXIÓN
"¿De dónde sacó este hombre todo esto? ¿Qué tipo de sabiduría se le ha dado? ¡Cuán poderosas obras se hacen con sus manos! "Marcos 6: 2
Las personas que conocieron a Jesús desde su juventud se sorprendieron de repente por su sabiduría y obras poderosas. Ellos estaban asombrados por todo lo que Él dijo e hizo. Ellos estaban familiarizados con él a medida que crecía, conocían a sus padres y a otros parientes y, como resultado, les costaba entender cómo este vecino de repente era tan impresionante en sus palabras y hechos.
¿Qué podemos tomar de esta idea? Primero, revela que, a veces, la voluntad de Dios para nosotros es vivir una vida muy "normal" y ordinaria. Es fácil pensar que deberíamos estar haciendo cosas "grandiosas" para Dios. Sí, eso es verdad. Pero las grandes cosas a las que Él nos llama son a veces simplemente viviendo bien la vida cotidiana. No hay duda de que durante la vida oculta de Jesús vivió una vida de perfecta virtud. Pero muchos en su propia ciudad no reconocieron esta virtud. Todavía no era la voluntad del Padre que Su virtud se hiciera manifiesta para que todos la vieran.
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