El Evangelio del día de hoy 21 de febrero 2018
Santo Evangelio de Jesucristo según San Lucas 11, 29-32.
Mientras más gente se juntaba entre la multitud, Jesús les
dijo: "Esta generación es una generación malvada, busca una señal, pero no
se le dará ninguna señal, excepto la señal de Jonás. Así como Jonás se
convirtió en una señal para los ninivitas, así será el Hijo del Hombre para
esta generación. En el juicio la reina del sur se levantará con los hombres de
esta generación y ella los condenará, porque ella vino desde los confines de la
tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y hay algo más grande que Salomón
aquí. En el juicio, los hombres de Nínive se levantarán con esta generación y
la condenarán, porque en la predicación de Jonás se arrepintieron, y hay algo
más grande que Jonás aquí ".
REFLEXION
¡Qué manera tan interesante vemos en el Evangelio del día de hoy como Jesús llame al pueblo al
arrepentimiento! En pocas palabras, la gente de Nínive se arrepintió cuando
Jonás les predicó. Sin embargo, las personas en el tiempo de Jesús no lo
hicieron. El resultado es que, al final de los tiempos, la gente de Nínive
tendrá la responsabilidad de condenar a aquellos que no escucharon a Jesús.
- Lo primero que debemos tomar en cuenta en el Evangelio del día de hoy es que la condena por negarse a arrepentirse de nuestros pecados es real y seria. Jesús está hablando acerca de la condenación eterna a las personas que no escuchan Su predicación. Como resultado de esta enseñanza muy fuerte de Jesús, deberíamos mirar sinceramente nuestra propia disposición para arrepentirnos, o falta de eso.
- En segundo lugar, es importante señalar que las personas a quienes Jesús castigó fueron mucho más bendecidas con el mensaje profético que las personas de la época de Jonás. Recuerda que Jonás fue un hombre que, al principio, huyó de Dios y de su misión. No quería ir a Nínive y solo lo hizo después de haber sido llevado allí en el vientre de una ballena en contra de su voluntad. Es difícil imaginar que Jonás hubiera predicado con un celo incondicional. Pero, sin embargo, su predicación fue efectiva.
La gente de la época de Jesús fue bendecida al escuchar las
palabras del Salvador del mundo. ¡Pero nosotros también! Tenemos los
Evangelios, las enseñanzas de la Iglesia, el testimonio de los grandes santos,
el pastoreo del Santo Padre, los sacramentos y mucho más. Tenemos innumerables
métodos para obtener el mensaje del Evangelio en nuestra era tecnológica y, sin
embargo, fácilmente podemos dejar de prestar atención al mensaje de Cristo.
Reflexione, en el Evangelio
del día de hoy, sobre su propia respuesta voluntaria a las palabras de
Jesús. Él nos habla de maneras poderosas y, sin embargo, a menudo no
escuchamos. Nuestra falta de escucha lleva a un fracaso del arrepentimiento
completo de nuestros pecados. Si eres tú, reflexiona también sobre las palabras
de severa condenación que aguardan a los obstinados. Esta comprensión debería
llenarnos de un temor santo y motivarnos a escuchar la predicación de nuestro
Señor.
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