El Evangelio del día de hoy 9 de febrero 2018 - San Luis, Petèn su cultura religiosa

Breaking

Públicidad

viernes, 9 de febrero de 2018

El Evangelio del día de hoy 9 de febrero 2018


                   Santo Evangelio de Jesucristo según San Marcos 7: 31-37.

                                                                     El Evangelio del día de hoy
.

Jesús dejó el distrito de Tiro y se fue por Sidón al mar de Galilea, al distrito de Decápolis. Y la gente le trajo a un sordo que tenía un impedimento del habla y le suplicó que le pusiera la mano encima. Se lo quitó solo de la multitud. Puso su dedo en los oídos del hombre y, escupiendo, tocó su lengua; luego miró hacia el cielo y gimió, y le dijo: "¡Effeta!" (es decir, "¡Sé abierto!") Y (inmediatamente) se abrieron los oídos del hombre, se le retiró el impedimento del habla y él habló con claridad. Les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Pero cuanto más les ordenaba que no lo hicieran, más lo proclamaban. Estaban muy asombrados y dijeron: "Él ha hecho todas las cosas bien. Hace que los sordos oigan y (los) mudos hablen"



REFLEXION

¿Con qué frecuencia escuchas a Jesús decir esto? "Effeta! ¡Ábrete! "¿O con qué frecuencia escuchas que Él te habla con tanta autoridad?

¿Dijo Jesús esto solo porque este hombre era físicamente sordo y quería curarlo físicamente? ¿O hay un significado más profundo? Al curar a este hombre incapaz de escuchar sonidos físicos, Jesús nos estaba revelando algo acerca de lo que Él quiere hacer por nosotros. Jesús nos está dando un mensaje claro y más profundo en esta curación. Ciertamente hay muchos mensajes que podemos tomar de este pasaje. Veamos uno.
El mensaje está en el mandato de Jesús: "¡Sé abierto!" Estas son palabras poderosas que comandan acción. No son palabras opcionales. Ellos son claros y definitivos. "Ser abierto" no es una pregunta, no es una invitación, es un comando. ¡Esto es significativo!
Estas dos pequeñas palabras revelan el hecho de que Jesús tomó su decisión de actuar. Revelan que Él no es vacilante en esta elección. Él ha tomado su decisión y ha hablado su voluntad. Y esta acción, por su parte, es lo que hace la diferencia. Estas dos pequeñas palabras revelan que Dios no está indeciso cuando habla. Él no es tímido o incierto. Él es absoluto y claro.

Este entendimiento debería darnos una gran comodidad. Comodidad en el sentido de que Jesús está listo y dispuesto a ejercer su autoridad omnipotente. Él tiene poder absoluto y no tiene miedo de ejercer esta autoridad cuando lo desea. Lo que es más importante, quiere ejercer su autoridad cuando produzca el mayor bien en nuestras vidas. 


Jesús dejó el distrito de Tiro y se fue por Sidón al mar de Galilea, al distrito de Decápolis. Y la gente le trajo a un sordo que tenía un impedimento del habla y le suplicó que le pusiera la mano encima. Se lo quitó solo de la multitud. Puso su dedo en los oídos del hombre y, escupiendo, tocó su lengua; luego miró hacia el cielo y gimió, y le dijo: "¡Effeta!" (es decir, "¡Sé abierto!") Y (inmediatamente) se abrieron los oídos del hombre, se le retiró el impedimento del habla y él habló con claridad. Les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Pero cuanto más les ordenaba que no lo hicieran, más lo proclamaban. Estaban muy asombrados y dijeron: "Él ha hecho todas las cosas bien. Hace que los sordos oigan y (los) mudos hablen"


No hay comentarios: